Hijos nuestros.

Como les contaba la semana anterior uno de los dolores más grandes como jugador fue el partido de finales contra el cruz azul, todavía me acuerdo y me duele y miren que después les ganamos un campeon de campeones y como técnico tuve la fortuna en una liguilla de ganarle y golearlos 5-0 y ni con estos resultados se me han quitado mis dolores, por eso después de esa dolorosa derrota 4-1 (para los que siguen sin entender el amor de los americanistas), esto se hizo un clásico.

Lo hicieron ustedes los hinchas del América que como un servidor nunca nos olvidaremos de ese resultado. Por eso el 3-2 del sábado lo disfruté como he disfrutado desde aquella vez todos los triunfos del América contra Cruz Azul. Los clásicos se ganan... no se platican. No importa la forma, los cómos y los porqués, se ganan. Y el América el sábado con un Cabañas inspirado, con un Pardo como líder, con un Beausejour que ya parece que va aprendiendo cómo se tiene que jugar en América. Con un resultado así no importa quién jugó bien o quién mereció ganar a pesar de que en lo personal no entendí los cambios.

Rossinei por Montenegro, un medio volante por un media punta; El Topo Valenzuela por Esqueda, un defensor por un delantero y más que el Topo fue por izquierda y Rojitas siguió por derecha cuando Rojas puede jugar por los dos lados y el Topo por derecha. Y después Márquez por Reynita. Estas son cosas que uno ve que al final de cuentas ni interesan a nadie porque se ganó el clásico y es lo único que cuenta.

No son tres puntos los que están en juego sino el amor y el orgullo de todos los que somos americanistas y poder seguir diciendóle a la gente de Cruz Azul, a los que les tengo mucho cariño y respeto porque tengo miles de amigos que son Cruzazulinos, con el mismo cariño y respeto: "HIJOS NUESTROS", aunque nuestro salvador diga que no.

Les quiero informar que semana a semana voy a hacer un resúmen de la fecha y del equípo de nuestros amores grabado para que lo vean en mi página.

Ciao

Carlos Reinoso